Adultez
En su adultez, Lettuce alcanzó la plenitud. Con hojas anchas y robustas, lideraba el huerto con sabiduría y un toque de amargura (literalmente). Ya no era la lechuga impulsiva de su juventud. Ahora, era una estratega, aprovechando el rocío de la madrugada y evitando los gusanos con maestría. Su fama se extendió más allá del huerto, y los agricultores la admiraban por su resistencia y verdor envidiable. Se rumorea que una vez venció a una oruga en un duelo de paciencia.